La Adaptación Liderada Localmente (LLA por sus siglas en inglés) es la clave para aumentar la resiliencia en las comunidades y, al mismo tiempo, alejar el poder y la toma de decisiones de los proveedores e intermediarios financieros.

Los ocho principios de LLA, lanzados en enero de 2021, han sido adoptados por más de 100 instituciones, incluyendo gobiernos multilaterales, organizaciones comunitarias y la sociedad civil. El sector privado no ha estado todavía lo suficientemente involucrado, pero hay mucho potencial a futuro.

 1.Transferir la toma decisiones hacia los niveles más bajos:

Dar a las instituciones y comunidades locales un acceso más directo a la financiación y al poder de toma de decisiones en torno a cómo se definen, priorizan, diseñan e implementan las acciones de adaptación; cómo se monitorea el progreso; y cómo se evalúa el éxito.

2. Abordar las desigualdades estructurales que enfrentan las mujeres, los/as jóvenes, los/as niños, los/as discapacitados, los/as desplazados, los pueblos indígenas y los grupos étnicos marginados: 

Integrar las desigualdades políticas, económicas y de género, que son causas fundamentales de la vulnerabilidad, en el centro de las acciones de adaptación y alentar a las personas vulnerables y marginadas a participar significativamente y liderar las decisiones de adaptación.

3. Proporcionar financiación paciente y predecible a la que se pueda acceder más fácilmente:

Apoyar el desarrollo a largo plazo de los procesos, la capacidad y las instituciones de gobernanza local a través de modalidades de acceso más simples y horizontes de financiación a más largo plazo y más predecibles, para garantizar que las comunidades puedan implementar eficazmente acciones de adaptación.

4. Invertir en capacidades locales para dejar un legado institucional:

Mejorar las capacidades de las instituciones locales para asegurar que puedan comprender los riesgos y las incertidumbres climáticas, generar soluciones, facilitar y gestionar iniciativas de adaptación a largo plazo sin depender de la financiación de donantes para los proyectos.

5. Construir una comprensión sólida del riesgo y la incertidumbre climáticos: 

Fundamentar las decisiones de adaptación a través de una combinación de conocimientos locales, tradicionales, indígenas, generacionales y científicos que permitan la resiliencia en una variedad de escenarios climáticos futuros.

6. Programación y aprendizaje flexibles: 

Permitir el manejo adaptativo para abordar la incertidumbre inherente a la adaptación, especialmente a través de sistemas de seguimiento y aprendizaje robustos, finanzas y programación flexibles.

7. Garantizar la transparencia y la rendición de cuentas:

Hacer que los procesos de financiación, diseño y ejecución de programas sean más transparentes y rindan cuentas a las partes interesadas locales.

8. Acción e inversión colaborativas:

Colaboración entre sectores, iniciativas y niveles para garantizar que diferentes iniciativas y diferentes fuentes de financiamiento (asistencia humanitaria, desarrollo, reducción del riesgo de desastres, fondos verdes de recuperación, etc.) se apoyen entre sí y que sus actividades eviten duplicación, con el fin de mejorar la eficiencia y las buenas prácticas.